SAN ANTÓN
Su población padecía varios problemas graves; el ambiente comunitario era frío y peligroso, diversas bandas se habían apropiado de los espacios comunes.
Comunidades
que Transforman

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Fundación Don Bosco nació en la comunidad de San Antón perteneciente al Municipio de Cuernavaca. Su población padecía varios problemas graves; el ambiente comunitario era frío y peligroso, diversas bandas se habían apropiado de los espacios comunes, el alcoholismo, la drogadicción, la deserción escolar, la violencia en las calles y los hogares, el miedo y la división caracterizaban a la comunidad.
Ante este panorama, en 1995 es designado párroco de San Antón al Pbro. José Antonio Sandoval, quien inmediatamente percibe el ambiente e inicia una restauración de la comunidad involucrando a la misma. De manera particular se trabaja con los jóvenes, específicamente los pertenecientes a las bandas locales. Se les invita a tomar conciencia y a encontrarse para reflexionar sobre las problemáticas y buscar soluciones de forma autogestiva.
El trabajo fue lento, profundo, arduo, pero intencionado con mucha esperanza, fe, amor. La participación del Padre Chinchachoma y su experiencia previa, fue fundamental para la articulación del trabajo con estos jóvenes. Se animó también a la comunidad adulta a tomar conciencia de que todos somos parte del problema de alguna manera y por ende también somos parte de las soluciones. De esta forma se iniciaron nuevas relaciones entre los jóvenes y con la comunidad.


La transformación de la comunidad se logró gracias a la visión del Padre Sandoval y su liderazgo a través del trabajo comunitario con jóvenes para tomar conciencia de sí mismos y de la colectividad en acciones concretas como:
la escucha respetuosa, encuentros familiares, peregrinaciones, homilías profundas, enfocadas a la formación en valores inspirados en el evangelio, veladas culturales, encuentros juveniles, entre otros como los talleres artísticos, además de la gestión de becas económicas como estrategia de apoyo para disminuir la deserción escolar.

La comunidad se transformó al cabo de los años, las bandas desaparecieron, muchos de los jóvenes terminaron sus estudios y la vida del pueblo de San Antón cambió radicalmente, encontrando formas de comunicación y de convivencia más pacíficas.